ARTÍCULO
FINAL
Al principio de este semestre, al ver que nos
"tocaba" literatura infantil, sinceramente no sabía muy bien qué
esperarme de esta asignatura y tenía cierta curiosidad. Mi primer pensamiento superficial, fue que sin
duda iría de libros enfocados a la educación infantil y que quizás nos habrían
enseñado los criterios para elegir "buenos" libros para luego leerlos
o, en el caso de cuentos, contarlos en clase. Pero, ahora me doy cuenta de que
mi idea inicial y mis expectativas sobre los contenidos y las prácticas
propuestas por la asignatura de Literatura infantil, ha sido ampliamente
superada por la cantidad de conocimientos y competencias que he adquirido.
Como premisa tengo que decir que, al no ser todavía
maestra, no estoy dando clase a niños de educación infantil, por lo que mi
elección de libros infantiles está restringida a la búsqueda de libros que
resulten atractivos e interesantes para mi hija que está en 2º de educación
infantil, tiene casi 5 años y ya cuenta con una discreta biblioteca. Desde que
mi hija nació siempre le he cantado mucho, contado historias, enseñado imágenes
de libros, dejado que tocara los libros y que se familiarizara con ellos,
observando cómo su atención se paraba en un particular, un color, una textura
para luego empezar a leerle libritos de todo tipo y cuentos, cuya longitud iba
expandiéndose viendo cómo también su concentración iba creciendo, y ya hablaba,
hacía preguntas, etc.
¿Cómo escogía estos libros? Pues, me dejaba guiar un
poco por mi instinto, por lo que me parecía que le podría llamar más la atención,
como las imágenes, pero desde luego no los elegía con unos criterios bien
definidos. Así que en la biblioteca infantil de mi casa tenemos de todo: aparte
de libros en tres idiomas (castellano, italiano, inglés), los contenidos van
desde lo más comercial (tenemos a Peppa Pig, a Dora la Exploradora), a libros
didácticos, musicales, cuentos clásicos y clásicos de Disney, vamos los de las
películas, libros con moralejas más que explícitas, historias que me parecían
bonitas, etc.
Así que los contenidos de esta asignatura me han
enseñado muchísimo, como madre amante de la lectura que quiere transmitir lo
mismo a sus hijos y, sobre todo, como futura profesional de la educación. A
continuación resumiré lo que me ha parecido más destacable de cada actividad
realizada y lo que más me ha aportado.
REFLEXIÓN SOBRE
EL TEMA 1: LIBROS INFANTILES DE AUTOR, ANÁLISIS Y SELECCIÓN
En este bloque de contenidos, hemos aprendido que,
para hablar de literatura, primero hay que tener claro y saber distinguir lo
que es literatura de lo que no lo es.
La literatura
es un arte que se crea con palabras y un texto literario, para ser
considerado como tal, tiene que cumplir estas características:
- Su objetivo es la creación de un objeto artístico, que puede ser un libro, un texto, una obra, etc.
- Su función es poética y se manifiesta con un lenguaje simbólico, con un uso especial de las estructuras lingüísticas, y se centra en lo que sentimos, en como lo interpretamos.
- Debe pertenecer a estos géneros literarios: narrativa, poesía, texto teatral.
- Tiene que ser un texto de ficción, aunque pueda inspirarse en hechos reales.
Entonces todos los demás textos como pueden ser las
novelas, los comics, las biografías, las historias con contenidos moralizantes
o didácticos, etc. ¿Qué son? Todos estos textos se engloban en la paraliteratura, y no significa que sean
textos menos "buenos" o inferiores a los literarios, sino que se
trata de un conjunto heterogéneo de géneros que no cumplen las cuatro
características mencionadas para ser definidos como literatura: pueden cumplir
uno o dos parámetros, pero nunca los cuatro.
La literatura infantil es literatura y debe tener las
mismas características enunciadas, la misma calidad de la literatura dirigida a
adultos, lo único que cambia es la edad del receptor que se ha fijado hasta los
12 años, ya que está claro que los intereses y necesidades del niño son
distintas a las de los adultos.
Esta diferencia entre literatura y paraliteratura es
la primera gran enseñanza que he aprendido de este primer bloque. Personalmente
mi desconocimiento sobre el tema literario me llevaba a hacer una distinción
muy simple: buena o mala literatura, y nada más. Ahora he aprendido que no es
así, y que es fundamental saber hacer esta primera distinción para,
posteriormente, saber elegir de la forma más apropiada los cuentos de autor
dirigidos a los niños.
En los apuntes se nos explica la evolución histórica
de casi un siglo que ha abierto el paso a la literatura, hasta llegar a la
segunda mitad del siglo XX cuando la paraliteratura se ha ido transformando en
literatura y el lector se convirtió en el protagonista de la historia a partir
de su identificación con los personajes. Este cambio supuso un gran avance para
que los niños empezaran así a disfrutar de la lectura en sí misma, como una
experiencia artística real, alejada del carácter didáctico y moralizador, en la
cual el lector encuentra aventuras y sensaciones cercanas a su edad y a su
momento evolutivo.
De eso se trata: acercar a los niños al puro placer de
la lectura, haciendo que ellos mismos se sientan protagonistas a través de la
identificación con los personajes de estos textos literarios, que no son
didácticos sino que están totalmente enfocados hacia las necesidades del niño y
justo por ese motivo favorecen la madurez psicológica del niño lector en el
ámbito de la interiorización del yo, de la inserción social y del desarrollo
lingüístico.
Se entiende a este punto, lo fundamental que resulta
la correcta elección de un libro de literatura para los niños de diferentes
edades, y, gracias a lo que he aprendido en este bloque de contenidos, ahora sé
cómo hacerlo, cosa que antes era para mí un proceso guiado más bien por el
sentido común, desconociendo totalmente lo que puede ofrecer a los niños un
libro de literatura infantil escogido con criterio. He aprendido que en la
elección de un libro, lo primero es conocer
en profundidad a los niños que van a ser los receptores, sus intereses
y las características propias de su momento evolutivo. Por supuesto hay que leer el libro previamente a su
presentación en la clase, y a este punto ya seremos capaces de analizarlo, para
verificar si sus características están en línea con las de los niños. Nos fijamos
en aspectos como:
- El formato, que tiene que ver con su aspecto externo del libro para que los lectores se sientan cómodos a la hora de sujetarlo, visionarlo y leerlo; con las ilustraciones que deben ser sugerentes y provocar sentimientos y emociones; con la tipografía que favorezca la legibilidad y que sea ajustada a la edad de los niños. Todos estos elementos influyen en la motivación de los niños a la hora de acercarse a la lectura de un libro.
- El contenido, es el alma de un libro, donde el tema principal y los secundarios deben responder a los intereses de los lectores y a las peculiaridades del momento evolutivo en el que se encuentran. Hay que distinguir entre el tema, que es una generalización y el argumento que es una concreción. Tenemos que centrarnos en los símbolos, en lo que representan y en su significado. Dentro del contenido, toda la estructura debe ser sencilla así como el lenguaje empleado y el vocabulario. Lo más importante es que el protagonista del cuento, debe permitir a los lectores identificarse con él, así que tendrá que comportarse, actuar, hablar como lo harían ellos. El texto tendrá siempre valores o contravalores que tienen que ser fácilmente comprensibles y adecuados para los receptores.
Después de haber comprendido estos conceptos sobre la
literatura infantil, creo que en una escuela infantil no se deberían comprar
libros sin conocer a los niños y sin hacer un análisis minucioso de los textos
que se quieren adoptar en clase. El
ejercicio práctico que hemos realizado ha sido muy útil a este respecto, ya que
ahora sabemos cuál es la mejor forma de hacer un análisis completo sobre un
texto de literatura.
No debemos olvidar que existen otros dos géneros
literarios, el texto teatral y la poesía, que no tienen casi
proyección en el aula, de hecho no existen libros teatrales para niños de menos
de 8 años y, en general, los maestros no conocen muchas posibilidades de
aplicación de la poesía en el aula. Desde mi punto de vista el teatro
representa una forma muy divertida para desarrollar la creatividad y de paso,
dejarse llevar por la historia, olvidando que se está delante de un público.
Además que es una actividad que permite al niño mejorar su lenguaje, practicar
la expresión artística, familiarizarse con el lenguaje no verbal, interesarse
por la lectoescritura. Por lo que afecta la poesía, ya no tenemos escusas:
hemos aprendido a hacer poesía en clase incluso con los más pequeños y ¡sin
necesidad de rimas! Creo que la mejor forma para acercar los niños a la poesía consiste
en crearlas juntos en clase y, posteriormente, leer alguna poesía en clase,
invitando a los niños a hacer lo mismo o incluso a recitar una poesía que les
guste particularmente. De esta forma se ayuda a mejorar su memoria, su seguridad
en ellos mismos y su vocabulario.
Gracias a estos contenidos y ejercicios de análisis,
me he dado cuenta de que los textos literarios son enormemente influyentes en
la evolución del niño. No es necesario que el niño domine las destrezas
necesarias para la lectura, para ello estamos nosotras: a través de la mano
afectiva del adulto, el niño se acerca al libro y al cuento que encierra y este
contacto le va a abrir las puertas de la comunicación, del lenguaje, del
conocimiento, de la imaginación. El interés hacia la lectura empieza con el
placer y el disfrute que se encuentra en ella, sin necesidad de forzar
lecciones o moralejas.
Esta página web ofrece una selección de libros
infantiles, que pueden darnos unas pistas sobre posibles libros de literatura infantil
que nos pueden interesar. Por cada título hay un pequeño resumen del contenido,
además del precio y de las librerías donde el libro está disponible.
REFLEXIÓN SOBRE
EL TEMA 2: TEXTOS FOLCLÓRICOS
Creo que todos tenemos algún recuerdo infantil sobre
cuentos que nos han contado, sin necesidad alguna de acompañar el relato con
imágenes: una historia emocionante, fantástica, bien narrada, nos hacía
imaginar todo lo que jamás habíamos visto, con lujo de detalles. Veíamos a los
protagonistas, les acompañábamos en sus luchas, casi sentíamos su tristeza
cuando les pasaba algo malo - que siempre pasaba - y luego disfrutábamos con
ellos de sus victorias y, desde luego, habríamos querido ser como ellos de
mayores. Esta era un poco mi visión de los cuentos folclóricos, que he ido
ampliando y precisando a lo largo del estudio y de la actividad práctica de
este segundo bloque temático.
La literatura folclórica es la historia de un pueblo,
de una cultura, de una sociedad, que se ha transmitido oralmente por personas
anónimas, y que ha sido adaptada a las distintas culturas que la acogieron en
el curso del tiempo, por eso la historia "original" nunca es la
misma, sino que tiene variantes. La función principal de estos cuentos era la
de proporcionar diversión, placer, y su principal objetivo era lúdico, no
moralizante. Se trataba de narraciones de las cuales no podemos averiguar el
origen, ya que eran relatos de transmisión oral, para ser contados o cantados,
al calor de la lumbre. Para que no se perdieran estos relatos, algunos
recopiladores (como Perrault, los hermanos Grimm, Andersen, Fernán Caballero en
España) empezaron a transcribir los textos que la gente del pueblo les narraba,
otros adaptaron los textos con intención explícitamente didáctica, otros
crearon distintas versiones manteniendo sólo algunos elementos de los textos
folclóricos.
Los textos folclóricos se pueden clasificar en textos
en verso, para ser cantados, recitados o para hacer juegos; o textos en prosa
como los mitos, las leyendas, las fabulas y los cuentos, que pueden ser cuentos
tradicionales - de autor desconocido y transmitidos oralmente - o cuentos
literarios - que son obra de un autor y se transmiten por medio de la escritura.
Entre todos los cuentos en prosa, nos hemos centrado en el cuento maravilloso,
por ser el más extendido y el que ha provocado más análisis y estudios. Fue
Vladimir Propp, en su libro "Morfología del cuento" a acuñar el
término cuento maravilloso, para indicar que esta tipología de cuento responde a
una estructuración bien definida y puede analizarse siempre según estos tres
aspectos:
a) Los papeles,
que pueden ser desempeñados por diferentes personajes según los diferentes
cuentos.
b) Las acciones,
que se componen de un planteamiento, un nudo y un desenlace.
c) La funciones,
que se producen por el significado de las acciones fundamentales dentro del
intrigante desarrollo del relato. Propp enumera 31 funciones, que no tienen por
qué aparecer todas en todos los cuentos, pero las que aparecen siempre lo hacen
en el mismo orden.
Esta tipología de cuentos puede clasificarse de otras formas: según los motivos, que son los lugares comunes universales de los cuentos que
reflejan la esencia misma del cuento (los deseos, los miedos, las ilusiones
humanas, etc.); según los personajes:
siempre tenemos a un héroe, un enemigo, elementos mágicos...; según los
arquetipos frecuentemente relacionados con los personajes y lo que simbolizan:
la madrastra, los príncipes o princesas, resucitar con un beso, etc.
Me doy cuenta de que probablemente había subestimado
estos tipos de relatos orales y no me había percatado de la importancia de la
literatura folclórica como instrumento didáctico de gran potencial. Además de
estimular muchísimo la imaginación de los niños, ofreciéndoles nuevas
dimensiones fantásticas, estos cuentos sugieren imágenes que les servirán para
estructurar sus propios ensueños y canalizar mejor su vida, en otras palabras,
ayudan a los niños a conocerse mejor y a darse ellos mismos una explicación del
mundo. Siendo cuentos que motivan de forma lúdica a los oyentes, sin darse
cuenta, sin aburrirse y prácticamente sin esfuerzo, los niños consiguen un buen
desarrollo de sus habilidades lingüísticas.
A este punto es fundamental saber usar de forma
correcta los cuentos tradicionales en el aula, teniendo en cuenta las etapas
evolutivas en las cuales se encuentran los niños y las características de las
mismas. Por ejemplo, sería del todo inapropiado contarles a niños de 2 años un
cuento original largo, con muchos personajes e impregnado de simbología.
Para aprender a emplear adecuadamente los cuentos
folclóricos en clase, hemos realizado una actividad de adaptación de un cuento
original, enfocándolo hacia una edad específica. Ha sido un ejercicio que me ha
encantado y con el cual he disfrutado mucho, además de aprender que una
adaptación no es una libre invención basada en el cuento original, sino que
existen unos elementos estructurales que no se pueden cambiar porque, de otra
forma, significaría crear una versión totalmente distinta del cuento y no
realizar una adaptación. Antes de tener estos conocimientos, al escuchar un
cuento que me parecía demasiado "duro" para niños pequeños lo que
hacía era quitarle los hechos o los detalles que consideraba fuera de la
comprensión del niño. Por ejemplo, que si la madrastra de Blanca Nieves quería
arrancarle el corazón, yo decía que quería que se perdiera en el bosque; que si
el lobo de Caperucita se comía a la abuela, yo contaba que la abuela era muy
lista y se escondía en el armario... en fin, no sabía que una adaptación bien
hecha, sin quitar elementos fundamentales, puede contarse a niños de diferentes
edades siempre y cuando estos estén listos a escucharla por su nivel evolutivo.
Ahora sabemos adaptar cuentos para nuestros alumnos, teniendo en cuenta sus
edades, el esquema básico del cuento, su simbolismo, sus personajes y sus
roles, así como los motivos principales.
Otra cosa que quería destacar es la importancia de
conocer las versiones originales de estos cuentos y me doy cuenta de que muchas
de estas versiones ni siquiera las conozco. Estamos tan acostumbrados a ver
películas o a leer versiones totalmente distintas de las originales,
"adaptadas" a la comercialización que corremos el riesgo de perder el
verdadero espíritu de estos cuentos, un espíritu que nos lleva a otros tiempos,
otros lugares que nos recuerdan las culturas tradicionales, un tesoro que no
habría que perder. Creo que actualmente, el cuento tradicional, narrado oralmente
no encuentra mucho espacio en el aula: muchas maestras, quizás por
desconocimiento, por falta de tiempo o por abusar excesivamente del instrumento
libro, no otorgan a esta forma de narración el valor que debería tener.
Os paso un enlace de un documento que he encontrado
que se titula: "Leyendas y cuentos folclóricos. Antologías". Además
de situarnos históricamente en el nacimiento y desarrollo de la narrativa folclórica,
ofrece muchos cuentos originales, muchos de los cuales totalmente desconocidos
(al menos para mí).
http://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/LeyendasYCuentosFolkloricos.pdf
http://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/LeyendasYCuentosFolkloricos.pdf
REFLEXIÓN SOBRE
EL TEMA 3: LA HORA DEL CUENTO
En este apartado hemos aprendido distintas formas de
leer o contar cuentos a los niños, a través de tres técnicas:
1.
El cuentacuentos.
2.
La narración con libro.
3.
La lectura de cuentos.
Lo que tienen en común estas tres técnicas es sin duda el hecho de dedicarle un tiempo, en buscar y percibir un momento apropiado en el cual los niños estén dispuestos a la escucha, sin necesidad de convertir este momento íntimo en una ocasión más para enseñar. En la narración o lectura de textos, la interactuación es imprescindible, porque así les vamos introduciendo en la historia, les motivamos, captamos y mantenemos su atención, etc. Es también muy importante que los niños se involucren en el cuento, se sientan parte de la historia, se identifiquen con las aventuras de los protagonistas o simplemente se vean reflejados en unos aspectos típicos del protagonistas y para animarles a entrar en ella, se puede interrumpir la narración para preguntar o proponer a los niños por ejemplo: cuál sería el desenlace deseado, qué hará el protagonista, que harían ellos si estuvieran en su lugar, etc.
También haremos preguntas al final del cuento pero no tendremos jamás que pretender un resumen detallado de lo que han escuchado: lo que nos interesa es que los niños se hayan fijado en los personajes principales, en los elementos esenciales del contenido, y sobre todo, que hayan disfrutado de la narración solo así les estaremos acercando al puro placer de la narración y al posterior interés por la lectura.
En clase hemos realizado una práctica en grupo para que cada una de nosotras pudiera experimentar una de las tres técnicas mencionadas, delante de las otras compañeras y ha resultado ser un ejercicio muy enriquecedor. Yo me cimenté en un cuentacuentos, basado en un cuento tradicional, y los consejos de mis atentas oyentes sobre cómo hacerlo mejor, sus ideas u opiniones, han resultado muy útiles y tendré todo muy en cuenta cuando se me presente la ocasión de transmitir los cuentos a mis alumnos.
De lo que estoy segura, es que la mejor forma para llegar a los niños es involucrarse totalmente en lo que se les está contando, con expresividad, con buena entonación, con el ritmo y el vocabulario adecuado, cuidando las pausas, observándoles para captar el momento adecuado para hacer unas preguntas, si se considera oportuno.
Creo que para llegar a ser un buen narrador, de los que los niños admiran boquiabiertos sin pestañear y totalmente pendientes de sus palabras hay que entrenar y ganar experiencia, aprender y poner en práctica trucos y estrategias, como los que nos surgieren los apuntes de la asignatura. Por otro lado, independientemente que se opte por una u otra de las tres técnicas narrativas, es recomendable leer el libro anteriormente, para averiguar si es apto para los niños a los cuales tenemos intención de contarlo y para prepararse, ensayando, si es el caso, una narración fluida, divertida e interesante.
De las tres técnicas propuestas, me he llevado una sorpresa con la lectura del libro: francamente era una opción que no había considerado hasta ahora, pensado que la mejor forma de contar cuentos a niños de educación infantil sería el cuentacuentos o lectura al mismo tiempo que se enseñan las imágenes. Aunque la lectura del cuento en voz alta se preste más a niños un poquito más mayores, si sabemos elegir el cuento adecuado para ellos, pueden comprender, recrear y disfrutar de la historia exactamente como con las otras técnicas.
Es muy positivo conocer y saber presentar a los alumnos distintas formas de comunicación literaria, pudiendo así trabajar diferentes aspectos de la misma en el aula, siendo originales, no repetitivos con repercusiones positivas en las motivaciones de los niños que no caen en el aburrimiento de repetir siempre las mismas actividades relacionadas con los cuentos.
REFLEXIÓN SOBRE
EL TEMA 4: CREACIÓN LITERARIA
Este tema es la continuación del precedente porque nos
enseña muchas estrategias para poder crear nuestra propia literatura para los
niños o con ellos. Al principio parecía una tarea complicada, pero cuando nos
hemos puesto manos a la obra, en general creo que a todas nos han salido unas
creaciones bastante buenas y originales.
A la hora de crear textos para niños hay que tener en
cuenta tres aspectos fundamentales:
1.
El contenido: el argumento tiene que ser cercano a los intereses
y al mundo conocido por los niños, a su realidad; que los personajes permitan
la identificación del niño y que al mismo tiempo tengan algo de mágico; que
existan enseñanzas evidentes en el terreno de los conceptos, procedimientos y
actitudes; que el lenguaje sea adecuado a la edad.
2.
Los aspectos estilísticos: los textos deben ser claros y
cortos, compuestos por frases sencillas; hay que cuidar los aspectos
gramaticales y evitar la rima mala o rebuscada.
3.
El formato: tiene que ser resistente y fácilmente manipulable
por parte de los niños.
Una vez aclarados estos puntos, nos hemos cimentado en la creación en prosa, en verso y la creación dramática y con una de estas creaciones hemos realizado un verdadero libro, para ser añadido a nuestra biblioteca de aula.
Yo no sabía de la existencia de tantas estrategias que facilitan mucho la creación de un texto y que sobre todo pueden ser empleadas para ser trabajadas conjuntamente con los niños. Cada maestro se puede decantar por una en vez que por otra estrategia, dependiendo de las edades y características de sus alumnos, de los objetivos que quiere perseguir, pero lo que tienen en común todas ellas es que no hace falta tener un desarrollo lingüístico y cognitivo superior al de los niños de educación infantil, son totalmente utilizables en clase. Evidentemente las estrategias representan el punto de salida, luego hay que darle rienda suelta a la imaginación pero es justo esto lo que necesitan los niños: poder expresar su creatividad a través de distintos medios y verlo reflejado en algo concreto que, en este caso puede ser una poesía, una adivinanza, un cuento al revés, un trabalenguas, un dialogo que puede ser representado.
Creo que es una forma de trabajar la literatura increíblemente satisfactoria y además, permite que los niños adquieran competencias lingüísticas de manera lúdica, creativa, aprendiendo a jugar con las palabras con libertad e imaginación.
Cuando se llega a tener un texto, he aprendido que crear un libro tampoco es una tarea del otro mundo. En realidad yo no me considero muy apta para las manualidades, es decir que hago lo mínimo, lo que está en mi mano pero creo que merece la pena intentar y experimentar nuevas técnicas que no son para nada complicadas y nos brindan unos resultados muy buenos. Todo es ponerse y no pasa nada si no sale perfecto. Me he quedado satisfecha con la creación de mi libro, por el contenido, pero también por el aspecto exterior.
Considero que lo que he aprendido en este bloque de creación literaria me va a servir muchísimo una vez esté dando clase: todas y cada una de las estrategias aprendidas se pueden ir experimentando y consentirán trabajar distintos aspectos de desarrollo cognitivo, comunicativo, manual (ya que los niños colaborarán en la realización de los libros), motriz (con las representaciones dramáticas). Los niños ampliarán sus conocimientos a nivel conceptual, pero también a nivel procedimental y actitudinal mediante actividades variadas y siempre motivadoras, porque nunca serán iguales.
Me gustaría compartir un documento que se titula "Literatura infantil en educación preescolar" me pareció muy interesante porque es como si fuera una guía práctica de literatura infantil. Se recopilan muchas de las estrategias que ya conocemos para crear textos literarios y otras que son nuevas y sobre todo explican cómo enseñarlas a los niños con ejemplos muy prácticos.
REFLEXIÓN SOBRE
EL TEMA 5: BIBLIOTECA DE AULA
Bueno, esta última actividad ha sido un poco la guinda
sobre la tarta, la demostración de que todo lo aprendido no se queda en
conocimientos poco prácticos sino que se forjan en la capacidad de crear algo
concreto que sirva de verdad a los niños. Un lugar, dentro de la clase, donde
los niños se sientan cómodos y puedan de verdad aprender disfrutando de lo
mucho que pueden ofrecerles los libros.
Esta actividad la hemos trabajado en grupo, y cada una de nosotras ha puesto su granito de arena, sus ideas, sus opiniones para poder realizar un buen proyecto de biblioteca de aula. Teniendo presente la guía propuesta por Irune y los aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta en la puesta en marcha del proyecto - situación del aula, diseño, contenido y fondo, organización y gestión, dinamización y animación - hemos añadido nuestro toque personal, nuestra imaginación y nuestra creatividad que reflejan también todo lo que hemos aprendido a lo largo de esta asignatura.
Planificar una biblioteca de aula con ciertas características, centrada en los niños, en sus necesidades, teniendo en cuenta los mejores textos para su momento evolutivo, conociendo las distintas estrategias para dinamizar el rincón de la lectura, habría sido impensable al principio del semestre. Ahora podemos decir, que sabríamos planificar y llevar a cabo un proyecto de este tipo en cualquiera escuela infantil, si solo se nos brindara la oportunidad.
Por lo que he podido comprobar en la escuela infantil donde he realizado las practicas, nadie se preocupa de la calidad de los textos ofrecidos a los niños, la elección de los libros parecía del todo aleatoria, su cuidado dejaba mucho que desear, no había una conciencia sobre la importancia de la literatura infantil enfocada a los niños, y ni siquiera la intención de crear hábitos de lectura. La sensación que me han transmitido se resume de esta forma: "Tenemos un ratito de tiempo, ¿qué hacemos? Vamos a coger un libro, uno cualquiera, se lo leemos hasta que los niños se queden quietos y lo volvemos a guardar." Con esta mentalidad es imposible pensar que se pueda plantear la creación de un rincón de lectura o una biblioteca de aula, pero lo peor es que si no somos los maestros quienes estimulamos a los niños a acercarse a los libros, a disfrutar de los cuentos, de las historias, de los poemas... ¿Cómo podemos pretender que en primaria los niños lleguen a ser, de repente, grandes lectores y amantes de los libros?
Al llegar al final de esta asignatura, de verdad me doy cuenta que sabía poquísimo de literatura infantil. A pesar de mi ignorancia sobre el tema, algo bueno, al menos como madre, habré hecho porque, a mi hija le encantan los libros, que tenemos por todas las habitaciones (baño incluido, del cual no sale sino acaba de "contarse" su libro), los cuentos, el jugar con las palabras, las adivinanzas, las rimas, el inventar historias juntas sobre palabras que se nos ocurren. No pasa ni un día sin que ella coja en mano al menos un libro, para que se lo leamos, o se lo "lee" ella o le cuente un cuento. Creo que le he transmitido el placer de la lectura pero sobre todo la idea, que ya se ha transformado en su certeza, que un libro tiene en su interior, en sus historias una cantidad de sorpresas increíbles: nos abre las puertas a la imaginación, a la fantasía, a la diversión, a la curiosidad pero también al conocimiento, al saber más cosas y todo esto es puro placer, no obligación.
Esto mismo es lo que me gustaría transmitir a mis alumnos el día de mañana, cuando sea maestra y pueda trabajar con ellos. Además, ahora tengo muchos más conocimientos que antes, lo cual me permitirá ejercer mi trabajo de forma más competente. Lo mejor de todo es que esta asignatura ha sido muy práctica, así que no he aprendido sólo teoría sino a llevarlo todo al aula y poder comprobar, que realmente funciona.
Gracias a los comentarios de Irune y de mis compañeras he ido poco a poco perfeccionando mi forma de trabajar, me siento mucho más segura sobre la forma de elegir correctamente libros, sobre las técnicas de narrar cuentos, sobre las estrategias para crear textos o libros, finalmente la realización de la biblioteca de aula.
Llego a la conclusión de que todo pero todo lo que he
aprendido en la asignatura de literatura infantil podré llevarlo al aula y me
atreveré sin duda a ponerlo en práctica en todas sus facetas.
¡Qué estupendo artículo, Elisa! Es una pena que no sea de 10 porque no has añadido nada de bibliografía interesante para tu futura profesión. Seguro que encuentras un ratito para hacerlo ;)
ResponderEliminar